el Acceso Interno

Lo que existe dentro de cada uno es lo que determina, en última instancia, cómo nos sentimos, qué decidimos y cuáles son nuestros gustos. Hemos construido un inmenso mundo en base a nuestras experiencias y ha quedado fijado, con mayor o menor intensidad, en nuestro fuero interno. Pero todo ese universo interior está en continuo estado de transformación, por lo tanto es modulable.

Acceder al propio interior para cambiar aquellos aspectos que nos desagradan, nos condicionan negativamente o, simplemente, nos resultan improductivos requiere Viajar hacia dentro. Y esto puede resultar inquietante pues implica Iniciar un Camino que no está bien definido, que no muestra un destino claro, y que parece parcialmente oculto por nieblas mentales que lo muestran desdibujado.

El Acceso Interno es un proceso de Auto-Conocimiento en el que cada uno tiene que asumir que ahí dentro va a encontrarse todo tipo de contenidos: Estancias ocultas con personalidades reprimidas, habilidades no desarrolladas que han ido viniéndose a menos, conceptos axiomáticos que ninguna lógica parece poder rebatir, o emociones encadenadas que se revuelven pero a las que no se permite salir... Un masificado paisaje cuyo caótico desorden aparente tiende a desanimar.

Por eso, solemos acceder sólo a aquello que resulta más cómodo, manejable y práctico: A recuerdos estimulantes y gratificantes, a conocimientos cuya expresividad nos da apariencia de inteligencia, o a aprendizajes que nos aportan habilidades y destrezas útiles. Sin embargo, cuando la inquietud y el malestar acuden a nuestro ánimo, no acabamos de entender por qué sucede, y tendemos a justificar la causa de esa incomodidad con aspectos externos, aunque la mayor parte de los cuales también estaban presentes cuando nos sentíamos bien.

Lo que realmente varia en la diversas situaciones es el cambio que se produce nuestro paisaje interior, y los elementos que emergen silenciosamente en algunos momentos. De repente, un estímulo externo, como el llanto de un niño, la visión de una injusticia o un interacción en la que nos levantan la voz, hace de anzuelo para hacer emerger "algo" desde dentro que altera todo nuestro ánimo. Y ese "algo", que parecía no afectarnos en el resto de situaciones, no es identificado con facilidad, ni sabemos en que parte de nuestra mente se oculta, ni que mecanismo usa para conmover nuestras emociones.

El primer paso para Acceder a lo Interno es, sin embargo, muy simple. Consiste en admitir que todo aquello que me inquieta y que creo que está fuera, no es más que un detonante de lo que está dentro. Observar qué características tienen los detonantes externos y a qué situación anímica me llevan, me Aporta una visión interactiva entre lo que vivo fuera y lo que albergo dentro. Aquellas situaciones que evito y a las que temo enfrentarme, son las Vías de Acceso a mi Propio Mundo Interno.

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