La Percepción Inducida

Hay aspectos sutiles de la Vida, de la condición humana y de la salud que no son fáciles de percibir. Requieren una conciencia muy fina que sea capaz de focalizarse en detalles que suelen se obviados por la mayor parte de las personas. Cuando alguien nos hace ver alguno de estos detalles, nos puede resultar muy difícil admitirlo, sobre todo si es algo que nos atañe o afecta directamente. El ego no suele tolerar con facilidad que le pongan en evidencia...

Sin embargo, todo deja un eco en nuestro psiquismo. En ese momento podemos no aceptar verbalmente lo escuchado, pero un residuo queda en algún rincón de nuestra memoria. Y con el tiempo, sucederá algo u oiremos algo que rescatará la información guardada. Puede que ya no recordemos quién nos la dijo, ni cuales fueron sus palabras, pero el contenido semántico, lo conceptos implícitos, saldrán de nuevo a la luz.

Cuanto esto sucede, si no somos capaces de ubicar desde donde viene esa información, tenderemos a pensar que es una ocurrencia nuestra. Una creación intelectual que nuestro ego, de nuevo activo, querrá adjudicarse como un logro más de su ingenio. No olvidemos que su función principal es compensar la baja autoestima y la frustración, otorgándonos éxitos personales aunque éstos sean irreales.

Aunque no seamos capaces de reconocer la "aportación intelectual" que nos hicieron, su contenido nos puede resultar igual de útil. Si bien no el mismo momento que nos lo ofrecieron, igual si lo sea en el futuro. Quizá entonces no estábamos con la actitud receptiva necesaria, o quizás nuestro ánimo no tolerara en ese instante algo que evidenciara alguno de nuestro defectos (o que simplemente nosotros interpretábamos como un defecto). El caso es que la percepción de aquello que nos puede resultar útil para nuestro bienestar nos la pueden inducir aunque nosotros no admitamos tal influencia.

Esta percepción inducida puede venir de cualquiera, aunque no le hayamos otorgado la autoridad ni competencia para hacerlo. Si no es en el momento en que nos lo expresan, puede ser más mucho más tarde, incluso años después. El único problema es que, como ya no recordaremos la conversación, obviaremos la aportación recibida. A veces, han de pasar décadas para que seamos conscientes de aquello que para otros es tan evidente como el movimiento de la nubes en el cielo un día de vendabal...

Comentarios